
¿Cómo obtener ayuda económica por despido injustificado?

Perder el empleo de forma inesperada puede ser una experiencia angustiante, especialmente si se trata de un despido injustificado. En Chile, la legislación laboral protege a los trabajadores frente a desvinculaciones sin causa legal, otorgándoles ciertos derechos y beneficios económicos. Este artículo ofrece una guía completa sobre cómo enfrentar un despido injusto y qué ayudas económicas se pueden obtener, incluyendo indemnizaciones por ley, seguro de cesantía, subsidios del Estado y otras formas de asistencia. También brindaremos ejemplos prácticos y consejos para manejar la situación financiera tras la pérdida del empleo.
Definición de despido injustificado en Chile
En Chile, se considera despido injustificado cuando un empleador termina la relación laboral sin una causal válida según la ley, o aplicando incorrectamente alguna de las causales permitidas. El Código del Trabajo establece causas específicas para despedir a un trabajador (por ejemplo, necesidades de la empresa, incumplimientos graves del trabajador, caso fortuito, entre otras). Si la desvinculación no se funda en alguna de estas causales o la causa invocada no puede ser comprobada, estaremos frente a un despido injusto o improcedente. En términos simples, es un despido que no se ajusta a derecho, ya sea porque no hubo motivo legal o porque el motivo dado no era real o suficiente.
Por ejemplo, si una empresa invoca "necesidades de la empresa" (artículo 161 del Código del Trabajo) para despedir a un empleado pero en la práctica contrata a otra persona para el mismo cargo poco después, esa justificación podría ser considerada improcedente. Asimismo, despedir a alguien por una supuesta falta grave sin pruebas concretas, o sin entregar una carta de despido con la causal legal, son situaciones que califican como despido injustificado. El trabajador afectado tiene derecho a reclamar en estos casos para obtener las compensaciones que la ley estipula.
Tipos de despidos que pueden considerarse injustificados
Existen distintas situaciones en las que un despido podría catalogarse de injustificado o indebido. Algunas de las más comunes son:
- Despido sin causal legal: Ocurre cuando el empleador no entrega motivo alguno en la carta de despido, o da una explicación que no corresponde a las causales permitidas en la legislación. Todo despido debe indicar la causal legal; de lo contrario, el trabajador puede impugnarlo por carecer de fundamento legal.
- Despido por necesidades de la empresa improcedente: Es frecuente que se use la causal de necesidades de la empresa (art. 161) alegando motivos económicos o reestructuración. Si el trabajador demuestra que dicha causal fue aplicada sin justificación real (por ejemplo, la empresa no tenía problemas económicos o su puesto era necesario), el despido será declarado improcedente. En tal caso, el empleador enfrenta un recargo indemnizatorio del 30% sobre la indemnización por años de servicio, como sanción por haber invocado indebidamente esa causal.
- Despido por causal falsa o no probada (art. 160 indebido): El artículo 160 del Código del Trabajo enumera causales gravísimas por las cuales un empleador puede despedir sin pagar indemnización (como conducta inmoral, faltas de probidad, ausencias injustificadas reiteradas, etc.). Si un empleador invoca alguna de estas causales de forma indebida o sin pruebas suficientes, el despido se considera injustificado. Por ejemplo, acusar al trabajador de robo o de incumplimiento grave sin evidencias. En estos casos, el trabajador despedido puede demandar para que se declare el despido indebido; de comprobarse, tendrá derecho a sus indemnizaciones y además a un recargo del 80% sobre la indemnización por años de servicio (e incluso 100% en situaciones especialmente graves) como castigo al empleador.
- Despido discriminatorio o vulneración de derechos fundamentales: Si la desvinculación obedece a motivos discriminatorios (sexo, raza, religión, opinión política, etc.) o a represalias por ejercer derechos (por ejemplo, actividad sindical, embarazo o licencia médica), se considera un despido ilegal y arbitrario. En Chile estos casos suelen tratarse mediante una acción de tutela laboral por vulneración de derechos fundamentales, que puede resultar no solo en el pago de indemnizaciones habituales, sino también en indemnizaciones adicionales por daño moral (entre 6 a 11 meses de remuneración, fijados por el juez). Un ejemplo es el despido de una trabajadora embarazada sin autorización judicial (desafuero); tal despido es nulo por ley y la trabajadora podría ser reincorporada o recibir salarios por todo el periodo protegido.
- Despido durante fuero laboral: Algunos trabajadores gozan de fuero que impide su despido sin autorización de un juez (por ejemplo, dirigentes sindicales, embarazadas, recientes padres/madres, personas con licencia médica). Si el empleador desvincula a alguien amparado por fuero sin seguir el proceso legal, el despido es ilegal. El afectado podrá demandar su reincorporación inmediata y el pago de las remuneraciones que se devenguen hasta que se resuelva el caso.
- Despido verbal o sin formalidades: La ley exige que todo despido sea notificado por escrito mediante una carta de despido que indique la causal legal y los hechos que la motivan. Si un empleador simplemente le comunica verbalmente al trabajador que está despedido sin carta, o entrega una notificación informal, ese despido es irregular. El trabajador puede acudir a la Inspección del Trabajo y tribunales para reclamar, y mientras no haya una carta formal y finiquito, legalmente la relación laboral podría considerarse vigente (lo que podría generar salarios pendientes a favor del trabajador).
¿Qué indemnizaciones y pagos corresponden por un despido injustificado?
Ante un despido, el trabajador tiene derecho a percibir ciertos pagos, que deben quedar consignados en el finiquito (documento de término de la relación laboral). Si el despido es injustificado, además, se aplican recargos y sanciones económicas al empleador. A continuación detallamos las indemnizaciones y pagos principales:
- Indemnización sustitutiva del aviso previo: Equivale a un mes de remuneración. Corresponde cuando el empleador no avisó al trabajador con al menos 30 días de anticipación por escrito que sería despedido. En la práctica, la mayoría de los despidos incluyen este pago porque usualmente la desvinculación es inmediata.
- Indemnización por años de servicio: Es la compensación por el tiempo trabajado. La regla general indica un mes de sueldo por cada año de servicio en la empresa, con tope de 11 meses*. Se considera año completo cada 12 meses, y las fracciones sobre 6 meses se computan como un año adicional. Por ejemplo, si la persona trabajó 5 años y 8 meses, tendrá derecho a 6 meses de indemnización por años de servicio (ya que los 8 meses extra cuentan como un año).
- Recargo legal por despido injustificado: Es la multa o incremento que debe pagar el empleador sobre la indemnización por años de servicio, cuando el despido es declarado injustificado, improcedente o indebido por un tribunal. Este recargo está establecido en el artículo 168 del Código del Trabajo, y varía según la causal invocada en el despido:
- 30% de recargo si el despido fue por necesidades de la empresa y se declaró improcedente.
- 50% de recargo si la causal invocada fue una del art. 159 (por ejemplo, renuncia voluntaria, mutuo acuerdo, fuerza mayor) aplicada indebidamente, o si simplemente no se invocó ninguna causal en la carta de despido.
- 80% de recargo si la causal invocada fue del art. 160 (causales de conductas del trabajador) y el tribunal declara que no se probó o no era aplicable.
- 100% de recargo en casos excepcionales de extrema gravedad, por ejemplo si el empleador acusó falsamente causales del art. 160 n.º 1, 5 o 6 (como falta de probidad o daños intencionales) y el juez determina que además el despido careció absolutamente de motivo plausible.
Este recargo se calcula sobre el monto de la indemnización por años de servicio. Por ejemplo, si a un trabajador le corresponden $2.000.000 por años de servicio y se prueba que fue despedido injustificadamente por una causal del art. 160, el empleador podría tener que pagar un 80% adicional, es decir $1.600.000 extra, totalizando $3.600.000 solo por ese concepto.
- Vacaciones proporcionales no usadas: Todo trabajador tiene derecho a feriado anual (vacaciones). Si al momento del despido le quedan días de vacaciones no tomadas, la empresa debe pagar esos días como vacaciones proporcionales en el finiquito. Esto es independiente de la causal del despido; siempre deben pagarse las vacaciones adeudadas.
- Otros pagos pendientes: Abarca sueldos del último período trabajado que no se hayan pagado, horas extras adeudadas, comisiones, bonos pactados que estén pendientes, gratificaciones legales o voluntarias, etc. Un despido no exime al empleador de pagar todo lo que le debe al trabajador hasta la fecha de término.
*Nota: El tope de 11 meses de indemnización por años de servicio aplica salvo que el contrato individual o convenio colectivo establezca un límite mayor. Por ley, ese es el máximo obligatorio. Asimismo, hay que recordar que estas indemnizaciones por años de servicio proceden para contratos indefinidos. En contratos a plazo fijo o por obra, en caso de despido anticipado sin causa, la ley manda pagar la remuneración por el tiempo que faltaba para el vencimiento del plazo o la terminación de la obra (con un mínimo de 30 días).
Adicionalmente, existe una figura legal llamada "nulidad del despido" (Ley N. 19.631, artículo 162 del Código del Trabajo) que puede beneficiar al trabajador en términos económicos. Si el empleador no pagó las cotizaciones previsionales (AFP, salud, seguro de cesantía) del trabajador hasta el último día trabajado, el despido no produce efecto legal y se considera nulo. En tal caso, el empleador está obligado a seguir pagando el sueldo y las cotizaciones del trabajador desde la fecha de despido hasta que pague todas las cotizaciones adeudadas. Por ejemplo, si una empresa despide a un trabajador en enero pero no había pagado las cotizaciones de noviembre y diciembre, deberá continuar pagándole el sueldo mensual (como si siguiera contratado) hasta ponerse al día en esas obligaciones. Esta es una sanción fuerte que busca asegurar el pago de las cotizaciones, y puede representar una importante ayuda económica para el trabajador despedido mientras dure el juicio o hasta que el empleador cumpla.
Procedimiento para demandar al empleador por despido injustificado
Si un trabajador considera que su despido ha sido injustificado o ilegal, tiene el derecho de presentar un reclamo formal contra su ex empleador. El proceso para demandar por despido injustificado en Chile incluye instancias administrativas y judiciales:
- Reclamo ante la Inspección del Trabajo (opcional): Una vía inicial es acudir a la Inspección del Trabajo y presentar un reclamo por despido injustificado. La Inspección citará al empleador a un comparendo de conciliación (reunión mediada por un inspector laboral). En esa instancia se busca que las partes lleguen a un acuerdo: por ejemplo, que el empleador pague voluntariamente cierta indemnización adicional o reintegre al trabajador. Si se logra un acuerdo, se firma un acta y el conflicto se da por resuelto. Si no hay acuerdo o el empleador no se presenta, el trabajador deberá recurrir a la siguiente etapa.
- Demanda judicial en el Juzgado de Letras del Trabajo: Consiste en interponer una demanda por despido injustificado ante los tribunales laborales. El trabajador tiene un plazo de 60 días hábiles desde la fecha del despido para presentar la demanda. Este plazo se cuenta excluyendo domingos y festivos, y puede suspenderse si hubo un reclamo previo en la Inspección (la suspensión dura mientras tramita la mediación, pero en total el plazo máximo no puede exceder 90 días hábiles desde el despido). En la demanda, el trabajador detallará los hechos, indicará por qué el despido fue injusto y exigirá las indemnizaciones que correspondan (incluyendo los recargos legales, pago de prestaciones pendientes y eventualmente la nulidad del despido si aplica).
- Juicio laboral y sentencia: Una vez ingresada la demanda, el tribunal citará a audiencias (preparatoria y de juicio). El empleador deberá exponer la causa del despido y presentar pruebas de la misma, mientras que el trabajador presentará sus pruebas y argumentos. En Chile, la carga de la prueba de la causal suele recaer en el empleador cuando éste la invoca. Si el juez determina que la causal fue invocada incorrectamente o no se probó, declarará el despido injustificado (o improcedente/indebido, según corresponda) y condenará al empleador a pagar todas las indemnizaciones legales que no se hayan pagado en el finiquito, más el recargo correspondiente. También podría ordenar el pago de costas del juicio a favor del trabajador. En cambio, si el tribunal estima que el despido fue justificado (es decir, que la causal era válida y se probó), el trabajador no recibirá indemnizaciones por años de servicio ni recargos (salvo los pagos que igual le correspondían por ley, como vacaciones o sueldos pendientes).
Es importante reunir evidencia desde el inicio: conservar la carta de despido, contratos, anexos, liquidaciones de sueldo, correos o mensajes relacionados, y conseguir testigos si es pertinente. Toda esta documentación será útil tanto en la Inspección como en el juicio. Además, el trabajador puede asistir a la Inspección o tribunal con un abogado particular o solicitar asistencia legal gratuita a la Corporación de Asistencia Judicial si cumple los requisitos socioeconómicos.
Reserva de derechos al firmar el finiquito: Si el empleador ofrece el finiquito (documento de pago de indemnizaciones) y el trabajador no está de acuerdo con la causal de despido o los montos, es fundamental firmar con reserva de derechos. Esto significa escribir en el finiquito una nota indicando que se recibe el pago, pero que no se está conforme y se reservan acciones legales por despido injustificado u otros conceptos impugnados. De este modo, el trabajador puede cobrar lo que le ofrecen en ese momento y aun así demandar posteriormente. Si se firma el finiquito sin reservas, en general se entiende que hubo acuerdo total y puede ser más difícil reclamar después.
¿Cómo utilizar el seguro de cesantía tras el despido?
El Seguro de Cesantía es el principal mecanismo de protección económica para trabajadores cesantes en Chile. Este seguro, administrado por la Administradora de Fondos de Cesantía (AFC), consiste en una cuenta individual donde se acumulan aportes mensuales durante la relación laboral, y un fondo solidario financiado por empleadores y el Estado. Si has sido despedido (ya sea justificada o injustificadamente), puedes hacer uso de este seguro para recibir ingresos mensuales mientras estás sin trabajo. A continuación, cómo proceder:
- Cobro del seguro con la cuenta individual: Al quedar cesante, el trabajador puede solicitar a la AFC el giro de sus fondos de cesantía. Para ello debe ingresar la solicitud en línea o presencialmente en la AFC, presentando su cédula de identidad y el documento que acredite el término del contrato (finiquito ratificado ante notario, carta de despido o acta de comparendo de la Inspección). Es necesario tener al menos 12 cotizaciones pagadas si el contrato era indefinido, o 6 cotizaciones si era a plazo fijo, para acceder al seguro. La AFC entregará el dinero en pagos mensuales (giros) cuyo monto va decreciendo con el tiempo. El primer giro suele equivaler al ~70% del sueldo promedio y luego va bajando (55%, 45%, etc. en giros posteriores). Estos porcentajes y número de giros están fijados por la ley de seguro de cesantía.
- Fondo de Cesantía Solidario (FCS): Si el saldo de la cuenta individual no es suficiente para completar los pagos o si el trabajador no tiene dinero acumulado, puede postular al Fondo de Cesantía Solidario. Para esto debe cumplir ciertos requisitos, como haber cotizado al menos 12 meses en los últimos 24 (10 cotizaciones si está en zona de catástrofe) y que el contrato haya terminado por causa ajena a su voluntad (despido por vencimiento de plazo, necesidad de la empresa, etc.). Además, debe inscribirse en la Bolsa Nacional de Empleo (BNE) como cesante, ya que es un requisito para recibir el FCS. El Fondo Solidario permite continuar recibiendo giros mensuales una vez agotados los de la cuenta individual, por un periodo más acotado, también con porcentajes decrecientes. Mientras se recibe el FCS, el beneficiario debe cumplir con ciertas condiciones, como demostrar búsqueda activa de empleo (por eso la inscripción en la BNE) y aceptar capacitaciones ofrecidas.
- Beneficios adicionales del seguro: Durante los meses en que se cobra el seguro de cesantía (ya sea con la cuenta individual o el fondo solidario), el trabajador mantiene algunos beneficios previsionales. Por ejemplo, se continúan pagando cotizaciones previsionales para su pensión (AFP) y salud (Fonasa/Isapre) con cargo al fondo, sobre la base del giro que está recibiendo. Además, seguirá recibiendo asignación familiar si le corresponde. Todo esto ayuda a que la persona no pierda cobertura de salud ni cotizaciones por el periodo de cesantía.
En resumen, usar el seguro de cesantía es una de las primeras acciones a tomar tras un despido. Este seguro está pensado para reemplazar una parte del sueldo mientras buscas un nuevo empleo, aliviando el impacto económico inmediato de la cesantía. Es importante hacer el trámite cuanto antes luego de quedar sin trabajo, para no perder el ingreso del primer mes.
Bonos, subsidios y ayudas estatales disponibles tras un despido
Aparte del seguro de cesantía, existen otras ayudas estatales que pueden brindar apoyo económico a las personas que han perdido su empleo. Estas incluyen bonos y subsidios dirigidos específicamente a cesantes, o beneficios generales que pueden aliviar la carga financiera. A continuación, mencionamos los más relevantes:
- Subsidio de Cesantía (por el Estado): Se trata de un beneficio para quienes quedaron cesantes y no cumplen los requisitos para cobrar el seguro de cesantía de la AFC. Por ejemplo, trabajadores que no alcanzaron a cotizar los meses mínimos o que no estaban afiliados al seguro. Este subsidio es otorgado por el Instituto de Previsión Social (IPS) a través de las Cajas de Compensación, y consiste en un pago mensual por hasta 360 días (aprox. 1 año). Además, durante su percepción da derecho a atención médica gratuita en Fonasa y al pago de asignaciones familiares y maternales. Para obtenerlo, hay que inscribirse en la oficina del IPS o Caja que corresponda, presentando documentación del despido y cumplir con ciertas condiciones (como haber cotizado un mínimo de 52 semanas en cualquier sistema previsional, entre otros requisitos que puede informar el IPS).
- Bono de Protección de Ingresos o beneficios extraordinarios: En situaciones de crisis económica o emergencias nacionales, el gobierno ha implementado bonos especiales para apoyar a familias y personas sin trabajo. Por ejemplo, durante la pandemia COVID-19 existieron bonos de emergencia y el IFE Laboral (un incentivo para quienes encontraban empleo formal). Actualmente (2025), no hay un bono específico por desempleo general, pero es importante mantenerse informado a través de ChileAtiende y medios oficiales sobre eventuales ayudas extraordinarias para cesantes o sus familias.
- Atención de salud para cesantes: Si la persona despedida estaba cotizando en Fonasa, al quedar cesante puede acceder a atención médica a través del seguro de cesantía (como mencionamos, mantiene provisoriamente las cotizaciones de salud). Si no tuviera seguro de cesantía, igualmente Fonasa permite inscribirse como beneficiario en el tramo correspondiente a quien está sin ingresos, para seguir teniendo cobertura en el sistema público. Es fundamental no descuidar la salud durante la cesantía y conocer que se puede recibir atención aunque no se esté trabajando.
- Bolsa Nacional de Empleo (BNE): Si bien no es una ayuda monetaria directa, registrarse en la BNE es una medida recomendable tras un despido. La BNE es una plataforma de empleo administrada por el Estado donde se publican ofertas de trabajo del sector público y privado. La inscripción es gratuita y sirve para acceder a intermediación laboral, ferias de empleo y capacitaciones. Además, como indicamos, es un requisito para ciertos beneficios (como el Fondo de Cesantía Solidario). Estar en la BNE puede aumentar tus chances de encontrar trabajo más rápido.
- Otros subsidios sociales: Al perder el empleo, los ingresos del hogar pueden disminuir sustancialmente. Esto podría hacer que la familia califique para apoyos sociales que antes no recibía. Por ejemplo, podrían postular a subsidios de luz o agua (si están disponibles en tu comuna), a la Tarjeta Banco de Materiales (para mejorar vivienda), o a becas para hijos (como la Beca PSU si hubiese un hijo en 4° medio, etc.). También existe el Ingreso Mínimo Garantizado (IMG), que complementa sueldos bajos, y que podría ser relevante cuando consigas un nuevo empleo de bajos ingresos. En resumen, tras un despido conviene actualizar el Registro Social de Hogares con la nueva situación económica, ya que eso podría abrir puertas a beneficios estatales según el tramo de vulnerabilidad socioeconómica.
Otras opciones de asistencia económica: capacitaciones y emprendimiento
Afrontar el desempleo no solo implica buscar ayudas monetarias inmediatas, sino también aprovechar oportunidades para mejorar la empleabilidad o generar nuevas fuentes de ingreso. El Estado chileno y diversas instituciones ofrecen programas que, si bien no son subsidios directos como un sueldo, pueden significar un importante apoyo económico en el mediano plazo. Entre estas opciones están:
- Becas de capacitación para cesantes (SENCE): El Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE) cuenta con programas de cursos gratuitos orientados a personas cesantes. Un ejemplo es el programa de Becas Laborales Fondo de Cesantía Solidario, dirigido a quienes están cobrando el seguro de cesantía por el Fondo Solidario. Estas becas permiten tomar cursos en oficios o habilidades técnicas de alta demanda, sin costo, e incluso entregan un subsidio de locomoción por día asistido (alrededor de $3.000 a $4.000 diarios según el programa). Además de este programa, SENCE ofrece cursos en línea y presenciales gratuitos para personas en busca de empleo, que ayudan a mejorar el currículum y aumentar las posibilidades de encontrar trabajo. Capacitarse durante la cesantía puede ser una inversión de tiempo muy valiosa, y al ser cursos financiados por el Estado, no implican gasto para el participante (e incluso aportan una ayuda para transporte o internet).
- Programas de apoyo al emprendimiento: Para algunas personas, el despido puede ser una oportunidad de emprender un negocio propio. En Chile existen fondos concursables y programas que entregan capital semilla, capacitación y acompañamiento a nuevos emprendedores. Por ejemplo, SERCOTEC ofrece el Capital Semilla Emprende y el Capital Abeja (este último enfocado en mujeres), que otorgan financiamiento no reembolsable a proyectos de microemprendimiento. También el FOSIS tiene programas como "Yo Emprendo" para personas de bajos ingresos, que incluyen un subsidio para iniciar o fortalecer un pequeño negocio. Obtener estos fondos requiere postular con una idea de negocio y competir con otros postulantes, pero representan una ayuda económica importante (varios millones de pesos en insumos o capital) para generar ingresos de forma independiente. Además, quienes son beneficiados reciben capacitación en gestión y apoyo técnico, lo que aumenta las probabilidades de éxito del emprendimiento.
- Orientación laboral municipal (OMIL): Las Oficinas Municipales de Intermediación Laboral pueden asesorar a los cesantes sobre programas disponibles. Muchas OMIL tienen convenios con SENCE para difundir cursos, realizan talleres de preparación para el empleo (como cómo hacer un CV, cómo enfrentar entrevistas) e informan sobre ferias laborales. Si bien la OMIL en sí no entrega dinero, es un recurso para canalizar al trabajador hacia oportunidades de empleo o capacitación remunerada.
- Seguro de Cesantía: retiros programados o retiro total para emprendimiento: Mención especial merece recordar que el seguro de cesantía en la AFC tiene la opción, bajo ciertas condiciones, de retirar todo el saldo acumulado de la cuenta individual en un solo giro. Esto suele hacerse cuando la persona lleva mucho tiempo sin encontrar empleo y prefiere retirar lo que queda, o si planea usar esos fondos, por ejemplo, como capital para un microemprendimiento. Sin embargo, una vez retirado todo, se renuncia al derecho a seguir recibiendo pagos mensuales. Por eso, esta decisión debe tomarse con cautela y generalmente es más útil agotar primero los giros mensuales (que dan cobertura de salud y pensiones) antes de optar por el retiro total.
Ejemplos prácticos de ayuda económica tras un despido injustificado
A continuación, veamos algunos escenarios hipotéticos que ilustran cómo podría materializarse la ayuda económica para un trabajador despedido injustificadamente:
- Caso 1: Indemnizaciones y seguro de cesantía. Juan trabajó 8 años en una empresa con un sueldo de $500.000 mensuales. Fue despedido por "necesidades de la empresa" de forma sorpresiva. Sospechando que no había una causa real, Juan demandó por despido improcedente. El tribunal le dio la razón, obligando al empleador a pagar: $500.000 de indemnización sustitutiva (un mes de aviso), $4.000.000 por años de servicio (8 meses, tope 11) y un recargo legal del 30% sobre esos $4 millones (es decir $1.200.000 adicionales). En total, Juan recibió $5.700.000 de indemnización gracias a su acción legal. Además, inició de inmediato el cobro de su seguro de cesantía: durante los primeros meses sin empleo recibió aproximadamente $350.000 como primer giro de la AFC, luego $300.000, y así sucesivamente por un total de 5 meses, lo cual le ayudó a sostenerse mientras buscaba un nuevo trabajo.
- Caso 2: Despido ilegal con fuero y nulidad. María, trabajadora con 2 años de antigüedad ($600.000 sueldo), quedó embarazada y su empleador la despidió invocando supuestas faltas a su contrato. Dado que María tenía fuero maternal, el despido era claramente ilegal. Ella demandó no solo el despido injustificado, sino también una tutela laboral por discriminación. El resultado judicial ordenó su reincorporación inmediata al trabajo (pues el fuero la protege) y el pago de todos los sueldos que no recibió durante el tiempo que estuvo indebidamente despedida (desde la fecha del despido hasta la reincorporación). En paralelo, se constató que la empresa tampoco había pagado las cotizaciones previsionales de María los últimos 3 meses, así que se aplicó la nulidad del despido: la empresa tuvo que pagar esos 3 meses adicionales de remuneración y cotizaciones. María luego optó por negociar su salida y finiquito con la empresa, recibiendo sus indemnizaciones habituales y una compensación extra por el acoso sufrido, cerrando así el caso. Este ejemplo muestra que, ante despidos ilegales flagrantes, el trabajador puede obtener no solo dinero, sino incluso recuperar su puesto temporalmente o negociar una mejor salida.
- Caso 3: Uso de subsidios y reconversión. Pedro llevaba 15 años trabajando en una fábrica cuando fue despedido sin causal clara. Tenía 50 años y le costaba encontrar trabajo en lo mismo. Con la indemnización que recibió (que era sustanciosa por sus años de servicio) decidió emprender un pequeño negocio de alimentos. Postuló al Capital Semilla de SERCOTEC y obtuvo un fondo de $3.000.000 para invertir en equipamiento. Además, mientras preparaba su emprendimiento, aprovechó un curso gratuito de SENCE en marketing digital para aprender a promocionar su negocio. Durante ese periodo, utilizó el seguro de cesantía para mantener ingresos mensuales. La combinación de indemnización, seguro de cesantía y fondos de emprendimiento permitió que Pedro saliera adelante sin caer en deudas y generara una nueva fuente de ingresos por su cuenta.
Consejos para afrontar la situación financiera tras un despido
Un despido inesperado, y más aún si es injustificado, no solo afecta emocionalmente sino que también pone en tensión la economía personal y familiar. Aquí ofrecemos algunos consejos prácticos para manejar mejor las finanzas tras quedar cesante:
- Elabora un presupuesto de emergencia: Reevalúa tus gastos mensuales y distingue entre lo esencial (alimentación, vivienda, servicios básicos) y lo prescindible. Ajusta tu presupuesto reduciendo o postergando gastos no urgentes. Calcula cuánto te durarán los fondos disponibles (indemnización, ahorro, seguro de cesantía) y planifica su uso para cubrir varios meses, ya que encontrar un nuevo empleo puede tomar tiempo.
- Usa las indemnizaciones con prudencia: Si recibiste un pago por años de servicio u otras indemnizaciones, evita gastarlo de inmediato en compras innecesarias. Ese dinero está pensado para sostenerte mientras estás sin trabajo. Lo recomendable es destinarlo a pagar deudas urgentes (para no incurrir en intereses), mantener un fondo para gastos básicos de los próximos meses, e incluso ahorrar una parte por si el período de cesantía se extiende más de lo previsto.
- Infórmate y haz los trámites a tiempo: No dejes pasar días para tramitar el seguro de cesantía o el subsidio de cesantía si corresponde. Cada día cuenta para recibir los pagos a tiempo. Del mismo modo, si vas a demandar por despido injustificado, respeta los plazos legales (60 días hábiles). Apóyate en la Inspección del Trabajo u orientación jurídica si no estás seguro de cómo proceder.
- Comunícate con tus acreedores si tienes deudas: Si tenías créditos, hipotecarios, tarjetas de crédito u otras deudas, y prevés dificultad para pagar a tiempo debido al despido, contacta pronto a tu banco o acreedor. Muchas instituciones ofrecen opciones de renegociación, periodos de gracia o refinanciamiento en caso de cesantía. Es mejor anticiparse y explicar la situación a dejar que la deuda caiga en mora, lo que generaría cargos adicionales.
- Mantente activo en la búsqueda de empleo y redes de apoyo: Aprovecha plataformas como la Bolsa Nacional de Empleo y redes profesionales (LinkedIn, contacto con ex colegas) para buscar nuevas oportunidades. Asiste a ferias laborales o talleres de capacitación que puedan ayudarte a reincorporarte al mundo laboral. También apóyate en tu red personal: amigos o familiares podrían saber de vacantes o colaborar temporalmente. Mantener una rutina de búsqueda y aprendizaje ayudará no solo a tus finanzas futuras sino también a tu bienestar mental durante la cesantía.
- Conoce tus derechos y pide ayuda si la necesitas: Estar bien informado es clave. Revisa fuentes oficiales (Ministerio del Trabajo, Dirección del Trabajo, ChileAtiende) para conocer los beneficios disponibles. Si sientes que la situación te sobrepasa, busca apoyo: ya sea asesoría legal gratuita en la Corporación de Asistencia Judicial, o apoyo emocional en tu familia e incluso ayuda psicológica, pues el estrés del desempleo puede afectar tu salud. Un trabajador empoderado con información está en mejor posición para superar este difícil momento.
En conclusión, enfrentar un despido injustificado es desafiante, pero el ordenamiento jurídico chileno ofrece varias vías para obtener ayuda económica tras el despido. Desde las indemnizaciones legales que debe pagar el empleador, pasando por el seguro de cesantía y subsidios estatales, hasta programas de capacitación y emprendimiento que facilitan reinsertarse laboralmente, existen múltiples herramientas a disposición del trabajador. Lo fundamental es conocer estos derechos y beneficios, actuar con prontitud y planificar bien las finanzas personales. Así, se podrá sobrellevar el período de cesantía de la mejor manera posible y sentar las bases para una pronta recuperación económica.
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